Puede parecer sorprendente, pero estas frases se repiten una y otra vez en todas las emisoras de radio musicales del país, en los chiringuitos de las playas o en las piscinas: "Tú eres la zorra más buenorra que hay en este lugar; han intentado domesticarte, pero eres un animal, está en tu naturaleza; te voy a dar algo lo suficientemente grande como para partirte el culo en dos; haz como si te doliese...". Se trata de la letra de Blurred lines, una de las canciones del verano, del artista estadounidense Robin Thicke. Su prosa quizás haya pasado desapercibida por estas latitudes al estar escrita en inglés, pero no así el videoclip del tema, en el que un Thicke trajeado se pasea junto a dos colegas entre chicas semidesnudas que sujetan corderitos, tocan el banjo, posan a cuatro patas o juguetean con una ristra de salchichas.
Lo curioso del tema es que los bamboleos de Cyrus hayan escandalizado a la opinión pública de esa manera y nada se haya dicho de la pose chulo-proxeneta de Thicke. "Yo sé qué quieres...". En este sentido, Soley-Beltran advierte que el debate ha de alejarse de moralismos. "Como sociedad, deberíamos hacer una reflexión profunda sobre qué modelo de sexualidad deseamos". Hoy en día imperan dos modelos: el clásico del macho dominante, y el de la mujer que asume ese rol masculino y que hace del hombre un objeto. "¿Eso es lo que queremos?
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